cómo pienso

Nada de riesgo, ni desafío, ni flores… para mí todo es más complejo o más simple: no se puede llega a decir algo que le toque a alguien la fibra con tanto culto al ego.

Llevo toda la vida en esto , si lo hice por desafío ,ya casi no me acuerdo, no debía de haber cumplido los treinta, puede que yo solo sea un capullo pero he tenido la suerte de conocer en la vida ese camino oscuro que solo iluminan los destellos de lo auténtico: las personas excepcionales.

También es un privilegio, con la que está cayendo, poder vivir de algo que me gusta y pasar, a veces, seis meses en el Nunca Jamás. Hace unos años me atrevía a decir “tío, tía, es posible si realmente lo quieres”, pero nunca he visto así el lugar adonde se vuelve. Algunos parecen querer llevar a los que no son ellos a la Edad Media, pronto habrá derecho de pernada: ricos, pobres y nadie en medio.

En una sociedad donde un tanto por ciento elevadísimo de la población vive con trabajos al borde de la esclavitud o no tiene trabajo, es, creo, casi inmoral hablarles de retos en el culo del mundo o de superación personal… A veces pienso en la gente que está pasando hambre o que se ha quedado en la calle por no pagar la hipoteca o en el paro, sabiendo lo difícil que es encontrar un trabajo nuevo, es decir, gente que tiene que luchar por no hundirse moralmente al enfrentarse cada mañana a más de un futuro sin salida. Al final seguimos en la onda del ganador y los perdedores que son basura que barrer, por suerte creo que no seguiremos mucho tiempo con esos valores puesto que ya no nos los podemos permitir.

Mi conclusión es que por muchos sitios salvajes que haya podido atravesar, por muchos clientes que haya guiado y muchas técnicas de supervivencia que conozca, me cuadro ante el que lucha sin ninguna gloria en el asfalto. Él o ella puestos en mi lugar podrían probablemente hacerlo mejor pero yo  si estuviera en su piel me hundiría a las pocas mañanas negras.

Jaime Barrallo